Lluvia por Federico Fiorentino

Lluvia.
Miles de partes de un universo que ya no existe coordinan una danza que se propone eliminar la negatividad. Una coreografía divina con un fin metafísico.
No es una mujer, sino que es una totalidad. Un ser completo y al mismo tiempo dividido. Es esta división la que hace su completitud, la que le permite ser en acto y en potencia, actuar y potenciarse. Porque toda llovizna puede ser lluvia, toda lluvia puede ser tormenta, y toda tormenta puede crear un diluvio universal. Pero cada una de ellas, llovizna, lluvia y tormenta son. Ojalá algún día yo pueda llegar a ser lluvia, logre dividirme en partes perfecta, y poder así potenciar mi ser y significar más que una unidad.
Lluvia que cae, pero que sube sin ser percibida. Lluvia que decide cuando quiere ser. Lluvia que destruye para construir. Lluvia que se destruye para construirse a sí misma. Y yo. Yo. Un ser en potencia, un reflejo de la incertidumbre. Un reflejo en acto de la nada hecho unidad, sin posibilidad de separarme en partes.
Federico Fiorentino

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